La tendencia a la globalización por un lado y la necesidad de reconocimiento de grupos minoritarios por el otro, han puesto en tela de juicio el centralismo del Estado Nacional. El mundo parece encontrarse en un tiempo de cambio de paradigma, del que representa el Estado Nacional como actor principal en el escenario internacional, al que encarnan sus unidades subnacionales, modelo que más se adecua a los desafíos que plantean la diversidad y la complejidad del mundo actual. El federalismo como un sistema de reparto territorial de poder, como una técnica de control y cooperación, en donde coexisten determinados aspectos de la diversidad social, de política económica, financiera y social, así como las relaciones intergubernamentales entre el Estado Nacional y los Estados Provinciales.
Queremos abordar la importancia creciente de las cuestiones internacionales en la agenda política de las provincias, en un contexto donde todavía éstas se encuentran en situación desequilibrada en relación al gobierno central. El perfeccionamiento del mecanismo de creación de agencias, asesorías y secretarías de gobierno con atribuciones en el campo de la internacionalización de sus estrategias de desarrollo y donde la separación entre política externa, de seguridad y de prestigio de aquellas de carácter económico, cultural o social se ha atenuado. Las consecuencias de la globalización tienen que posibilitar la confianza en la acción cooperativa entre el poder central y las unidades subnacionales.