La búsqueda de un asiento permanente en el Consejo de Seguridad (CS) no es un nuevo tema en la agenda de política externa brasileña. Es así que esa tarea se intensificó en los últimos gobiernos, así como también el propósito brasileño de convertirse en un actor relevante en el escenario internacional. En este artículo, se busca explicitar cómo el rol de actor regional y global puede ser aumentado con un asiento permanente y cómo la incesante defensa brasileña del multilateralismo puede beneficiar a los países de la región.