El medio de comunicación social dirigido a la formación de la opinión pública en los siglos XVIII y XIX fue el periódico, luego de atravesar el diseño de gazette y luego el diario. Esta capacidad de comunicación entre nacientes públicos y balbuceantes estructuras partidarias constituye uno de los trayectos de constitución de las fuerzas políticas de la modernidad. La imprenta no se dedica desde su origen solamente a la producción de libros hasta que surgen los periódicos. Desde el siglo XV aparecen panfletos que describen festivales, victorias militares, elogios de la realeza y funerales de los famosos. A partir del suceso producido por la difusión de estos eventos y actividades la imprenta es usada por los poderes del Estado para que el gobierno respectivo informe a sus súbditos acerca de decretos, proclamaciones y avisos. Y también «la controversia política y religiosa dio paso a una producción especialmente nutrida que iba de propaganda ordinaria a tratados refinados». (Henri-Jean Martin, Williams,1992).
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)