Entre las numerosas consecuencias de las reformas educativas de los 90 que se impusieron en los países de América Latina tras el Consenso de Washington, el sistema educativo nacional se fue fragmentando y llegaron a convivir en Argentina más de 50 formatos diferentes de organización curricular y pedagógica en la educación.
Esta fragmentación creó una situación caótica, dificultó el desarrollo de vínculos fértiles, y propició que surgieran pequeños espacios aislados unos de otros, sin articulaciones orgánicas. “Este continuo asalto a la educación pública", y en el Nivel Superior en particular, potenció las condiciones para que arraigue el neoliberalismo. ¿Están dadas las condiciones para abrir las fronteras e incluir en la Educación Superior a los sectores populares? ¿Qué rol debe tener el Estado para posibilitar esta inclusión que amplifique derechos y condiciones de ciudadanía democrática?