En tanto régimen internacional que se ha reformulado constantemente a lo largo de su historia, la cooperación para el desarrollo muestra no haber sido ajena a los cambios producidos en la política internacional, la cual se ha vuelto cada vez más compleja con la creciente influencia de actores no estatales y a la consecuente pérdida de protagonismo del estado como único actor en la escena internacional y eje del sistema internacional nacido tras la “Paz de Westafalia”.
Este proceso indica un cambio esencial del concepto de soberanía como característica distintiva del estado, ya que muchos problemas, como el deterioro del medio ambiente o la pobreza, alcanzan una dimensión que trasciende las fronteras nacionales y por tanto no pueden ser resueltos dentro de ellas. A partir de ello se han difundido conceptos como “global governance” o “global public policy”, a través de los cuales se subraya la necesidad de generar nuevos mecanismos de regulación y solución de problemas a nivel global. En el centro de los mismos, se halla la idea de una necesaria articulación de actores estatales y no estatales para resolver estos denominados “problemas globales”.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)