Desde un punto de vista geopolítico, la Segunda Guerra Mundial se halló asociada a los móviles de dominio territorial y, desde un punto de vista ideológico, al totalitarismo. En ambos casos, se trataba de una amenaza que provenía de Alemania. Por ello, las potencias aliadas, o comprometidas con su causa, debían salvaguardar su soberanía, su integridad territorial y la defensa de sus instituciones democráticas y liberales.
En la Argentina, hasta 1940 la Guerra fue considerada como un conflicto europeo. Hacia mediados de aquel año, los cambios en el curso de las hostilidades contribuirían a aumentar el interés por la “cuestión alemana”. Entre los meses de abril y mayo, Alemania conquistaba los estados neutrales de Dinamarca, Noruega y Bélgica. Su avance sobre Europa occidental, también llegaría a Francia. Poco después, en La Habana, se realizaba la II Reunión de Cancilleres Americanos. La principal preocupación era el destino de los territorios que los estados europeos, dominados entonces por el Tercer Reich, poseían en el continente americano.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)