El presente trabajo tiene por objetivo analizar la incidencia de la Revolución Científico Tecnológica Mundial en los procesos que condujeron a la crisis y posterior desaparición del bloque oriental europeo, región que no pudo adaptarse a los profundos cambios generados en Occidente. Al respecto, cabe recordar que a partir de la mitad de la década del ´60 las economías del oeste tuvieron un acelerado dinamismo que dejó atrás al este. Esta brecha se intensificó aún más a partir de los años ‘80, cuando los países de Europa Occidental bajo las exigencias y condicionantes del nuevo paradigma tecno-productivo, plantearon la necesidad de acelerar la formación de un Mercado Único y de esta manera incrementar la competitividad internacional, fortaleciendo la investigación y desarrollo; estrategia que no fue utilizada por Europa Oriental. Para paliar las diferencias sociales, económicas y científico-tecnológicas existentes entre las regiones europeas y como necesidad ante la futura ampliación de la UE por parte de los PECOS, es que surgen una serie de programas de cooperación entre ambas regiones, entre cuyos objetivos se desprende la cooperación en la investigación, el desarrollo tecnológico y formación de los recursos humanos. Como consecuencia de la revolución Científico-Tecnológica Mundial se observa una reorganización del espacio a escala mundial, generando nuevos espacios competitivos y dejando atrás los espacios tradicionales cuyas ventajas comparativas hoy parecen obsoletas; conjuntamente una nueva división del trabajo conllevará una jerarquización y redistribución de roles entre los países capitalistas.