En el presente trabajo se intenta analizar la relación entre dos actores profundamente desiguales y en un contexto de fuerte condicionamiento económico para el actor más débil. Para tal fin se observa detenidamente la evolución de la relación FMI-Argentina durante el semestre enero-junio de 2002.
A los efectos analíticos se establecen dos períodos en función al cambio que se evidencia en los comportamientos y pautas de negociación de la Argentina. En la primera etapa, se manifiestan conductas que se encaminan hacia la profundización de una relación dependiente; mientras que en la segunda, se busca que ésta derive hacia una relación de interdependencia mutua. Es en esta segunda etapa que Argentina comienza a generar recursos (políticos) de poder, a partir del uso de costos recíprocos implicados en la relación Argentina/FMI, lo cual facilita la visión de Argentina como un actor generador de “influencia sin poder” y la consecuente ampliación de los márgenes de negociación.
En el transcurso del trabajo, se presenta a un país objetivamente débil como constructor de recursos de poder mediante el uso de costos recíprocos implicados en una relación devenida en interdependiente.