¿Cómo pensar lo masculino y lo femenino en el nuevo orden del mundo en el que vivimos, cuando ya no coinciden los cuerpos anatómicos que responderían a dos géneros distintos a nivel del semblante, con lo que la biología describió como géneros masculino y femenino en el siglo XX? A partir de su conceptualización del goce como el real del psicoanálisis, Lacan nos ofrece en el Seminario 20 su teorema de la sexuación (1981), cuyas elaboraciones nos permite separar, definitivamente, la sexuación del género y sus teorías. Esto nos facilita no embrollarnos con los semblantes subsidiarios de lo simbólico y de lo imaginario, ni tampoco con el supuesto real de las ciencias biológicas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)