Las micro-totalidades encuentran en las tribus urbanas una modalidad paradigmática de su manifestación. Ellas, desde la coalescencia saber + goce, anudan a sus integrantes en torno de un rasgo diferencial; se nombra un goce, se lo aísla, se lo asocia con un saber bien delimitado, se inventa una clase a partir de destacar esa coalescencia goce/saber ¡y ya está!, se ha constituido una micro-totalidad: Skaters; Grunges; Góticos; Heavies; Hard Cores; Skin Heads; Emos; Raperos, Floggers...la lista no cierra, mostrando su inconsistencia estructural. El elemento aglutinante de las tribus parece ser -lo que llamaré- un goce éxtimo: exclusión del universo social con inclusión solidaria en la banda; marginación de las leyes del Otro con inserción fuertemente normativa en su micro-totalidad. Las substancias tóxicas suelen ser coadyuvantes del lazo asociativo, y en ocasiones advienen rasgos determinantes del accionar compartido, como sucede en una modalidad de ciertas tribus urbanas: el rito del botellón.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)