En nuestro trabajo intentamos comprender el origen y desarrollo de Al Qaeda contrapuesto a la experiencia de los movimientos islámicos que se desarrollaron al calor de la revolución islámica de Irán en 1979 Lo que se denomina “red de redes” se diferencia de los partidos y movimientos islámicos hasta ahora conocidos en que su objetivo no es la toma del poder político en aquel país donde se desarrolla, ni su actividad parece tener este fin. Para comprender su desarrollo es necesario analizar el ascenso y posterior retroceso de los movimientos islámicos que se convirtieron en fuerzas políticas de importancia al calor de la revolución islámica de 1979 en Irán. Después de la desaparición de la Unión Soviética como contrapeso a la hegemonía de Washington, la cuasi desaparición del nacionalismo árabe, los cambios de la revolución iraní que dejó de ser vista como faro de inspiración revolucionaria, la represión y atomización de varios movimientos islámicos, el comienzo del proceso de paz entre israelíes y la OLP –que subordina su accionar a estas negociaciones- el bloqueo de Irak por parte de Estados Unidos y su presencia militar concreta en tierras árabes, Al Qaeda aparece ante las masas árabes e islámicas como el único factor de oposición a los Estados Unidos. Al Qaeda aparece como un movimiento sin estructura partidaria ni vínculos basados en una afinidad ideológica estricta, como suele suceder con los partidos políticos que excluyen de sus filas a quienes no comulgan con un determinado decálogo ideológico. Esta especificidad es también uno de los factores de su éxito, especialmente mediático.