Desde nuestra perspectiva, el discurso emanado de los actores políticos pone en juego una serie de conceptos y clasificaciones que repercuten en la definición de la identidad de los mismos actores. La misma se define, por un lado, en interacción con un Otro, cuyos rasgos principales son definidos al interior del mismo discurso. La otredad aparece como antagónica, si bien dicho antagonismo no necesariamente se manifiesta como absoluto. Por otro lado, la identidad se resignifica constantemente en la interacción que el emisor del discurso establece con el sí mismo, el cual puede ser definido bajo diferentes lenguajes (religioso, clasista, nacionalista, racista, etc.) Sin embargo, sea cual fuera el criterio de definición adoptado, el sí mismo puede ser señalado mediante los artilugios de un paradigma esencialista, negador de los conflictos internos propios de todo agrupamiento (nacional, comunitario, etc.), o como ser complejo y dinámico, producto de dichos conflictos desarrollados sobre los ejes diacrónico y sincrónico. El presente trabajo intenta explorar el discurso del Presidente de la República Islámica de Irán, Muhammad Jatami. Sostenemos que el llamamiento de Jatami a un diálogo de civilizaciones implica una estrategia de definición identitaria que supone 1) una definición del Occidente en tanto el otro antagónico, aunque sin definirlo como otredad absoluta y 2) una visión del sí mismo como resultado de conflictos políticos y culturales. Por lo tanto, este trabajo estará estructurado en dos partes. En primer lugar, se señalarán los modos de interacción con la idea de Occidente elaborada por Jatami. En segundo lugar, se analizarán los ejes diacrónico y sincrónico en la definición del sí mismo, es decir, de la comunidad musulmana.