América del Sur tiene las características propias de un subsistema político internacional diferenciado y por esto, una agenda común. El actual mapa geopolítico regional, responde a la emergencia y consolidación de nuevos liderazgos y de esquemas de integración regional funcionales a ellos junto a una mayor autonomía regional y la emergencia de un amplio espectro de Gobiernos de corte progresista y de izquierda en Sudamérica. Históricamente, se desarrollaron de manera desorganizada y fragmentaria, en función de intereses ajenos a la realidad continental, una de las razones de ello es su condición de espacio periférico, estos responden a diferentes pensamientos. El último proceso de integración en marcha es UNASUR, busca la institucionalización de un espacio geográfico, impulsado por Brasil, que lo entiende como parte de su interés nacional. Se ha producido una competencia entre dos visiones y dos modelos de integración que ha dado lugar a un pulso entre dos liderazgos emergentes, ambos con aspiraciones regionales y globales. Por un lado, la política exterior de Hugo Chávez y por el otro, la sostenida por Brasil. Este último propone El Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), que diluye cualquier aspiración militarista, siendo su fin la prevención y resolución de conflictos y la creación de un foro para el diálogo entre los Ministerios de Defensa de cada país. Ahora bien, tanto el proceso de integración como el CDS se enfrentan a un nuevo escenario, resultado de las elecciones presidenciales que se han dado en los países miembros.