El activista social, hombre de teatro y cantautor Bertolt Brecht define claramente la función que la música debe asumir en el teatro épico, contraponiendo éste al de ópera dramática: la música no es servidora sino mediadora, pone de manifiesto el texto, lo interpreta, toma posición y marca una conducta. La música no ilustra, no pinta situaciones psicologizantes, sino que actúa sobre la sociedad, estimula al oyente y lo obliga a una actitud crítica.
Deja de ser sólo un medio de placer para convertirse en contestataria.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)