Desde el gobierno de Alfonsín (1983-1989), algunas provincias argentinas comenzaron a incrementar su accionar en respuesta a los cambios internacionales y, más directamente, a las iniciativas de integración a nivel regional, las cuales se fueron profundizando con las políticas de descentralización puesta en marcha durante la administración de Carlos Menem (1989-1999). La reforma constitucional de 1994, institucionalizó y amplió esta movida, poniendo en papel las facultades y espacios delegados del estado nacional al subnacional. En este sentido y con algunas ambigüedades, las provincias están facultadas a intervenir en tres tipos de acuerdos económicos internacionales: los comerciales, financieros y de inversión. El trabajo que presentaremos en este congreso apunta a analizar y abrir la discusión sobre quiénes son, y por qué, los principales ganadores de este proceso de internacionalización de los actores subnacionales. Si bien las facultades son comunes a todas las provincias, sólo algunas de ellas se encuentran con capacidades –estructurales y de agencia- para sacarle provecho. En efecto, el panorama nacional muestra una fuerte asimetría no sólo entre las provincias sino también entre los actores privados.