El constructivismo es presentado como aquella corriente que incorporó a la disciplina de las Relaciones Internacionales la “cuestión cultural”, estando el concepto de identidad en la base de dichos aportes. Desde aquí sostenemos, sin embargo, que, en su afán de distanciarse del neorrealismo y replantear la construcción del interés nacional, acaban esencializando las identidades, que restan sin explicación. Sosteniéndonos fundamentalmente en los aportes de la escuela postestructuralista, polemizamos con dicha visión, hegemónica en la corriente constructivista, subrayando el carácter de constructo de las identidades políticas.