Cobrar conciencia de la importancia de lo local como ineludible espacio de reconocimiento, de afirmación identitaria y de construcción colectiva de mecanismos de negociación con, o de resistencia a, ese entorno cada vez más absorbente en el que todo, incluidos los vertiginosos cambios tecnológicos, da la impresión de escapar a cualquier posibilidad de control, adquiriendo una autonomía que lleva la alienación del sujeto a límites insospechados no hace tanto tiempo.
Semejante densificación de lo local, su centralidad en cualquier diseño colectivo de futuro que se pueda imaginar, es lo que algunos teóricos han denominado “glocalización”, como el reverso de la medalla de la globalización.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)