Realizador polimorfo, artista pensador, Kluge es difícilmente apresable por nuestras prácticas de percepción y catalogación usuales, que se empeñan en distinguir disciplinas, especialidades, zonas de destreza o de trabajo experto a veces no tanto por apego al rigor, sino por nuestra necesidad de rótulos. Más allá de sus sucesos cinematográficos tempranos en festivales cinematográficos de altísima repercusión como el de Venecia, donde obtuvo el León de Oro por Artistas bajo la carpa del circo: Perplejos (1968), durante demasiados años la citada dificultad de acceso a sus obras demoró largamente una repercusión internacional acorde a la dimensión de su aporte. Pero esa demora no se manifestó sólo en el extranjero.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)