Iniciada ya la segunda década del tercer milenio, advertimos que, afortunadamente, la relegada cuestión acerca de la documentación y la conservación de las artes audiovisuales comienza a instalarse poco a poco en la agenda de nuestro país. Iniciativas como la colección Mosaico Criollo. Primera Antología del Cine Mudo Argentino, editada por el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken” y el INCAA, dan cuenta de un interés en apuntalar el patrimonio audiovisual argentino.
Para el caso del video arte, podemos señalar también una serie de meritorios proyectos dirigidos a la conservación y la difusión de esta parte fundamental de las prácticas artísticas contemporáneas, que no obstante suelen encontrarse con dificultades tanto en el acceso a los materiales4 como en la actualización de sus acervos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)