Desde los años 70' se ha restablecido en los Estados unidos la santa alianza entre la religión y la política. El fundamentalismo Evangélico ha disputado (y ganado) una batalla de ideas contra el liberalismo secular, su éxito se manifiesta en la vida política de la sociedad estadounidense y en la política exterior de dicho Imperio. Este trabajo buscará analizar la relación entre el Fundamentalismo Evangélico y la política exterior estadounidense en Medio Oriente, haciendo hincapié en la guerra de Irak y el conflicto palestino. Estos conflictos son visto por el Cristianismo Sionista como necesarios para lograr la Segunda Venida de Cristo y el comienzo del Milenio. La construcción de un enemigo ( que justifica la expansión imperial estadounidense) a sido fundada en cuestiones morales y religiosas, partiendo del Imperio del Mal de Reagan (la URSS) al contemporáneo Eje del Mal de Bush (Irak, Irán y Corea del Norte). Es decir se parte de la lucha contra el comunismo a la actual lucha contra el Islam, entendidos ambos como terrorismo. Este proceso es acompañado en lo religioso por el Vaticano (del papa anti comunista al papa anti islamista) y por la teoría del Choque de Civilizaciones, desarrollada por Samuel Huntington.