El objetivo del trabajo es analizar el Apartheid sudafricano como un sistema discriminatorio instalado y destinado por la minoría blanca, para favorecerse y privar de las tierras y denegar los derechos políticos y económicos a la mayoría de los nativos africanos, manteniéndolos bajo su dominio. El Apartheid, palabra afrikáner que significa "separación”, expresaba un sistema de segregación que provenía desde la época de la colonia. Es decir, era la denominación de un sistema de explotación y opresión racial, apoyado por el gobierno sudafricano, por el cuál los blancos que constituían menos de la quinta parte de la población, controlaban la política y la economía del país, limitando rigurosamente los derechos políticos y socioeconómicos de los africanos. Los blancos impugnaban la igualdad de los negros desde su nacimiento, puesto que el color de la piel constituía la causa concreta para que los negros fuesen discriminados, en contraposición con la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquiera otra condición”. El fanatismo de los blancos, fue cimentado por una minoría que se adueñó del poder en 1948, e hizo del Apartheid una política oficial del Estado, alegando la necesidad del dominio y del control de los blancos sobre razas inferiores y de menos grado de desarrollo y civilización.