Las tres problemáticas territoriales que el colonialismo ingles mantuvo en los espacios de influencia de América Latina, son los diferendos: sobre el dominio de las Malvinas denominadas Falkland Islands por británico; por la posesión de Belices; y con Guyana por la soberanía del Esequibo. En los dos últimos casos, las controversias tienen un denominador en común, el componente del usufructo económico el cual se manifiesta como razón de ser de la ocupación territorial, trayendo como consecuencia el aspecto de la ocupación e integración territorial, por diversos grupos étnicos africanos, asiáticos y amerindios. Ahora bien el caso de Malvinas tiene desde sus orígenes una carencia aparente del aspecto económico y no conformó ningún proceso social de importancia.
Siendo un archipiélago compuesto por dos islas y unos 200 islotes, las Malvinas ocupan una extensión aproximada de de 12160 Km², lo que corresponde a la mitad de Belice. Su población es de de 2478 habitantes, tratándose de uno de los territorios más escasamente poblados del mundo. El archipiélago está constituido igualmente por las dependencias Georgia del Sur y la Isla Sandwich, localizadas al doble y al triple de la distancia media entre Malvinas –costa firme– océano afuera.
Actualmente se sigue pensando que el petróleo es la principal causa de la persistente presencia británica en tan lejanos sitios. Evidentemente, tan pronto como el concepto jurídico de la plataforma continental comenzara a aflorar del Tratado anglo-venezolano del Golfo de Paria de 1942, y la proclamación del presidente norteamericano Harry Truman de 1945, Gran Bretaña no ocultó su interés en los sospechados yacimientos de las Malvinas. La Orden Nº2100 del 21 de diciembre de 1950, firmada por Leadbitter, incluyó la plataforma submarina dentro de los límites de la colonia y preciso sus alcances geográficos, a sabiendas de que las Malvinas no tienen plataforma insular propia, sino que emerge de la continuidad o prolongación natural de la plataforma continental argentina de Santa Cruz.
Es importante señalar, que para Gran Bretaña, las Malvinas no constituyen una simple colonia de tantas que ha poseído alrededor del globo con fines mercantiles, sino viene a ser un punto clave en su defensa mundial, al cual los Estados Unidos se hallan ligados militar y jurídicamente, por la Organización del Tratado del Atlántico Norte y la Organización del Tratado de Asia Sudoriental, ya que las Malvinas garantizan una estación de abastecimiento aérea y naval entre el Atlántico y el Pacífico, en tiempos de paz y de guerra, y una vía de comunicación entre América y Australia.
Debemos partir de un hecho fundamental las Islas Malvinas son argentinas, y por tal motivo son parte de América Latina, es decir, la contienda no es extraña; moralmente – históricamente, se trata de una reclamación latinoamericana. Por esta razón en el presente trabajo nos proponemos exponer una visión particular del conflicto Anglo-Argentino, el apoyo incondicional de Venezuela y su repercusión con los Estados Unidos y la Cuenca del Caribe.