En el artículo analizaremos la Guerra de los Seis Días que tuvo lugar en Junio de 1967 entre Israel y la alianza de países árabe como Egipto, Jordania y Siria. Esta guerra cuyas repercusiones se sienten hoy día sigue siendo de vital importancia para comprender el medio oriente contemporáneo. Para eso nos centraremos particularmente en las tres semanas previas al conflicto para observar como en un efecto espiral distintos factores contribuyeron al estallido bélico. En ese sentido esta guerra puede ser entendida como un proceso de radicalización creciente que derivo en una guerra total. Entre los múltiples factores intervinientes haremos foco en las relaciones cívico- militares, el armado de alianzas, el rol del nacionalismo y variables psicológicas. Todas ellas combinadas produjeron un efecto desestabilizador que dió inicio a una guerra de seis días y un conflicto que aún persiste.