Los desafíos que impulsa el alto crecimiento de las TICs en el mundo en general, y en la región latinoamericana en particular, trae consigo una complejización del sistema de seguridad y de los dispositivos que deban regular ese campo. Si bien cuando a primera vista el caso del cibercrimen, aparece como un área que se ve menos proclive a la regulación y a la capacidad de control y filtro por parte de los Estados, su importancia y versatilidad han producido la necesidad de contar con menos zonas grises de las que a priori presupone su naturaleza, por un mayor seguimiento y búsqueda de regulaciones que permitan volver más previsible sus aplicaciones. En ese marco se analizan las condiciones y estrategias de los países de la UNASUR, como el tratamiento regional en materia de defensa cibernética, siguiendo de cerca las políticas y legislación vigentes para hacer frente a las amenazas del cibercrimen, asumiendo que las características de transnacionalidad del espacio cibernético apuntan a las articulaciones regionales.