El artículo analiza las políticas implementadas en el Salvador con el objetivo de disminuir la violencia y los delitos relacionados con las pandillas callejeras entre los años 2003 y 2013. Tras analizar los rasgos centrales de estas políticas concluye que a pesar de las profundas diferencias, se trato en todos los casos de medidas cortoplacistas, que buscaron soluciones instantáneas a problemas de seguridad complicados y de largo plazo -sea de estilo mano dura o en forma de dialogar con las pandillas y facilitar una tregua- no han logrado mejorar la situación de inseguridad. Lejos de ello, han fortalecido a las pandillas y han provocado una severa restricción de las oportunidades de los jóvenes no incluidos en este tipo de organizaciones.