Este conflicto debe ser abordado desde un análisis multidimensional, en primer lugar la persistente inestabilidad de la región del Caúcaso obliga a un análisis geopolítico del área. Los chechenios y los habitantes del Daguestán no son una minoría rusa, son una etnia diferente. La mayoría de los chechenios son musulmanes sunitas que hasta hace poco los signos de identidad religiosa eran débiles, al igual que en otros escenarios, la religión era ante todo un elemento de identificación cultural. Este conflicto sale a la luz en los días posteriores de la toma de rehenes del teatro de Moscú en Octubre de 2002. Esto permitió reflexionar desde dos posiciones, lo que se presentó como una guerra antisesionista y defensiva en un primer momento desde Moscú,y que luego pasará a presentarse como un conflicto dentro del marco de la guerra antiterrorista global.