Durante el Siglo XXI Brasil y China desarrollaron una activa política africana revalorizando a África por su enorme mercado de consumidores, su cantidad de materias primas, como poseedor de recursos naturales y, sobre todo, energéticos. Se privilegiaron las relaciones con Angola ya que allí encontraron respuesta a algunas de sus necesidades en tanto economías emergentes.
Sin embargo, estos países eligieron modelos de relacionamiento diferentes; por lo que el presente artículo analiza comparativamente la relación de China y Brasil con África en general y con Angola en particular, teniendo en cuenta tres dimensiones: la políticodiplomática, la económico-comercial y la energética.