La política exterior del gobierno de Benito Mussolini en Italia, presenta aristas muy diferentes a las potencias de la época, sobre todo para tratar de entender las causas de su renovado espíritu imperialista, principalmente en los territorios donde se desarrolla. Durante la Primera Guerra Mundial, Italia perdió cientos de miles de muertos, junto con la ruina económica, más el aumento del desempleo como consecuencia de la desmovilización de los que se encontraban en las fuerzas armadas. A esto se suma la baja de los salarios, y la bancarrota estatal. Luego de la conflagración y en el marco del estancamiento de la economía mundial de los años '30, cuando parece que las grandes potencias como Francia y Gran Bretaña, buscan frenar la expansión territorial, el estado fascista se propone incorporar colonias.