El advenimiento del mundo unipolar cambió la realidad del mundo, pero fueron para Rusia especialmente impactantes los efectos de esta “revolución”, no sólo porque era el centro político-militar del otrora imperio soviético y debía lidiar con las consecuencias del desmembramiento de aquélla (en tanto ésta aceptaba legalmente ser la “sucesora” de la URSS aceptando beneficios económicos, productivos, pero también deudas y conflictos, que no eran pocos); sino porque también debió lidiar con los cambios que se dieron en Asia y Europa, por su condición de país “Euroasiático”. Implicaba ello no más ni menos que debía dilucidar como (re)instaurar sus relaciones exteriores para adaptarse a los cambios -de dos dinámicas regionales nuevas- a la vez que resolver la instauración de un régimen legítimo y capaz para reorganizar la Nación.
El objetivo de este trabajo es dar cuenta de cómo reorganizó la Federación Rusa sus alianzas estratégicas y militares una vez finalizada la Guerra Fría, llegando hasta problemáticas que existen en nuestros días.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)