Luego de la crisis de 2001, la Argentina quedó en un estado de indefensión e irrelevancia internacional; frente a este panorama y ante la necesidad de recuperar algunas de las capacidades perdidas, Argentina optó por practicar un acompañamiento político a Brasil, se esperaba lograr una nueva inserción de la mano del país vecino, visiblemente mejor posicionado en la estructura internacional.
En aquel entonces, no parecían existir demasiadas alternativas para nuestro país, sin embargo, ese acompañamiento político decidido luego de la crisis, no ha sido redefinido en los años posteriores, manifestándose en la actualidad en una política inconsistente.
La explicación a este problema radica en los errores de percepción de la política exterior argentina hacia Brasil.
A lo largo de este trabajo abordaremos diferentes situaciones en las cuáles se han materializado las mencionadas fallas en la percepción del otro.