El principal problema en torno al agua se debe a que nos encontramos frente a un recurso que antes era considerado infinito y/o renovable en el caso de ser necesario y hoy esas consideraciones han cambiado. El agua es un recurso que se encuentra en el planeta en gran cantidad, pero lo cierto es que en su mayor parte no es apta para el consumo humano. La mayor parte es agua salada y el agua dulce presenta una situación crítica. Hoy día, y desde hace ya varios años, el mundo afronta la escasez de este recurso debido a las siguientes causas: alta contaminación de las aguas dulces por diversos motivos, sobreexplotación del recurso, etc.
La competencia por el agua dulce ha aumentado, y la tendencia se acrecienta según aumentan las problemáticas. Esta situación de competencia lleva a un segundo problema relacionado: las tensiones que se desatan en torno a la posesión del recurso a nivel internacional. Tensiones que van desde su uso, propiedad y derechos sobre el mismo; que de continuar y/ o agravarse las mismas, incrementarán los conflictos1 a corto plazo.
Cabe preguntar entonces, cuál es el problema que encontramos en América Latina, y más específicamente en el Cono Sur, teniendo en cuenta la creciente interdependencia compleja que existe en el mundo hoy y la globalización, de lo cual nos hablan Robert Keohane y Joseph Nye2. América Latina enfrenta hoy una numerosa cantidad de nuevos desafíos, que de por sí se encuentran enmarcados dentro de una larga lista de conflictos, a los cuales los Estados Nacionales deberán hacer frente con el objetivo de poder sobrevivir, mientras se transitan los últimos años que cierran este segundo milenio.