El título de esta selección de textos de Mansilla preparada por Sandra Contreras proviene de una expresión de Paul Groussac y no es la única que remitirá a Lucio V. Mansilla como aquel viajero primero y muy particular en su especie local. Lucio será, ahora dicho por sí mismo, el genio de los buenos viajes, un glotón de la trashumancia. El valor del viaje lo posiciona como un mago del andar, cuya varita es, sin duda, el arte de narrar y hacer de sí un viajero. Un arte de narrar el viaje que atraviesa, como señala Contreras en su estudio preliminar, distintos géneros; un arte que retacea lo previsible —la descripción— y que se subsume en una búsqueda de efecto —contra el aburrimiento o el desinterés; un arte que mide qué, cómo, cuándo y hasta dónde decir lo que se ha vivido, lo que se ha viajado—. El arte de narrar que es contar microrrelatos, pequeñas perlas, mínimos juicios o recomendaciones y sobre todo, conversar, como decía Robert Darnton a propósito de Isaiah Berlin como el último conversador.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)