El producto surge en respuesta a la consigna de generar un contenedor para vinos. Luego de un profundo análisis del mercado y de las características productivas vitivinícolas del país, se seleccionó la bodega y el vino con el que se iba a trabajar. La bodega elegida fue Chakana, una empresa joven de la provincia de Mendoza. Dicha elección se debió, por un lado, al gran peso que representa su nombre y, por otro, a su singular filosofía de preservación de las culturas aymara y quechua.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)