Las marcas de Walsh recorren al lector en sensaciones más físicas que intelectuales. La agitación de lo clandestino, el impacto del clamor de justicia se sienten en el cuerpo. La experiencia de su lectura desde la adolescencia pos dictadura en adelante, apura aquí una evocación personal que invita a compartir cómo sus letras se pueden haber hecho, en tantos, corazón y hueso.