Esta Tesis estudia el movimiento corporal no efector en la improvisación musical y particularmente, cómo se vinculan estos movimientos y los aspectos que hacen a la configuración de la melodía improvisada en música de fusión argentina. Cuando decimos movimiento no efector, nos referimos al movimiento corporal que no está vinculado con la demanda técnico instrumental que le requiere al músico tocar su instrumento. Por ejemplo, en esta Tesis se estudian, entre otros, los movimientos que un flautista realiza con la cabeza mientras improvisa su solo. Posteriormente, se analizan posibles relaciones entre las características del movimiento y de la melodía improvisada.
Aborda el problema de estudio partiendo de una concepción ampliada de la improvisación musical, realizada ad hoc en esta Tesis. Basándose en las ideas del la cognición corporeizada de la música, se plantea que la improvisación puede ser entendida como una práctica corporeizada, que incluye el modo en que se comporta corporalmente el músico durante la improvisación; enactiva, porque estos movimientos pueden ser considerados como acciones corporales que guían la experiencia del músico; situada, porque sucede en un contexto específico, en esta Tesis, en música de fusión argentina; y multimodal, porque movimiento se encuentra acoplado al sonido, la emoción y el significado que constituyen la performance.
En la etapa experimental se realizaron dos estudios exploratorios que se propusieron describir el movimiento corporal no efector y observar las vinculaciones que éste pudiera tener con la melodía improvisada. El primero de estos estudios se abocó más a la descripción cualitativa de los movimientos, en tanto que el segundo analizó de modo más cuantitativo los movimientos observados. Se encontró que los movimientos corporales realizados que no se vinculan con los requerimientos técnico-instrumentales podrían estar mapeando distintos aspectos de la configuración melódica. En algunos casos se ocuparían del mapeo de elementos más globales, como la dinámica de la melodía y la organización morfológica y en otros, de elementos más puntuales, como el ritmo. Sonido y movimiento no siempre ocurren de modo simultáneo, muchas veces uno antecede o sucede al otro. Sin embargo, estos corrimientos, dada la continuidad en la que surgen, no estarían interfiriendo para que sea posible entender la improvisación en función del sonido y del movimiento corporal que ella nuclea.