En una visión de panorama, al menos dos son los motivos por los cuales vale la pena leer este libro desde el ámbito de las letras: nos acerca a un espacio muchas veces vinculado y ciertamente apreciado, como lo es el de las imágenes, la ciudad y la representación visual —en este caso en una perspectiva historiográfica y de historia del arte durante el temprano XIX rioplatense—, por una parte, y, por otra, Celebrar y gobernar posiciona de modo central el acontecer de las fiestas y las celebraciones: se trata de un trabajo sobre uno de los tópicos de la representación literaria más asediados, de mayor conocimiento y portadores, paradójicamente, de un misterio cercado, desde las lejanas bodas de Caná o aquellas fiestas de sombras celebradas en Elsinor que tanto nos han atormentado y conmovido.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)