In Spanish
El fenómeno de la mal llamada “Delincuencia de Menores” no deja de ser portada de diarios y revistas, como así tampoco es ajena al tratamiento doctrinario y legislativo.
La vida moderna muestra a nuestros jóvenes una serie de expectativas y objetivos, de difícil acceso a través de los medios convencionales. La sensación de frustración y de falta de incentivos en que los mismos se ven envueltos resultan el empujón final hacia el camino del delito. A lo que se suma la crisis de la familia, en donde se mantienen débiles contactos entre sus miembros. En este contexto, los “jóvenes delincuentes” se presentan como el producto de la desigualdad social, la pobreza extrema, la falta de oportunidades educativas y laborales, la desintegración familiar, el escaso tiempo que comparten padres e hijos, la frecuente exposición a la violencia en los medios de comunicación, el fácil acceso a las armas y a las drogas, la dificultad de niños y adolescentes para relacionarse con empatía y expresar sus sentimientos. Y actualmente, en el escenario descripto es donde tiene lugar el “bullyin” o “acoso escolar” entendido éste como a una especie de tortura (metódica y sistemática), en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros (Sanmartín: 2006, 23). De este modo, los niños de las clases más rezagadas resultan especialmente vulnerables a la criminalización. Es por eso que el propósito de este trabajo es analizar y reflexionar acerca de la situación de los niños en conflicto con las leyes penales, en particular la de los “menores no punibles” en cuanto a su edad, porque se trata del supuesto en el que concentran las mayores contradicciones del sistema.
In English
The phenomenon of so-called “Juvenile Delinquency” no longer front page of newspapers and magazines as well is not alien to the doctrinal and legislative treatment.
Modern life shows our young people a set of expectations and goals hard to reach through conventional media. The feeling of frustration and lack of incentives in which they are involved are the final push towards the path of crime. To which the crisis of the family, where weak contacts between its members are kept adds. In this context, the “young offenders” are presented as the product of social inequality, extreme poverty, lack of educational and employment opportunities, family breakdown, the short time that parents and children share, frequent exposure to violence in the media, easy access to guns and drugs, the difficulty of children and adolescents to relate with empathy and express their feelings. Thus, children in the most backward classes are especially vulnerable to criminalization.
That’s why the purpose of this paper is to analyze and reflect on the situation of children in conflict with the criminal laws, including the “not punishable under” about his age, because this is the course in concentrating the major contradictions of the system.