En español
La tradición racionalista occidental ha intentado reiteradamente expulsar la conflictividad de la vida individual y colectiva; pero no ha tenido éxito en tal aspiración, pese a las numerosas propuestas teóricas (desde los griegos hasta la actualidad) orientadas a lograr tal meta.
Este artículo, por el contrario, tiene por propósito enfatizar la dimensión agonal de la política. En consecuencia, intenta demostrar que el conflicto es una realidad omnipresente; sólo cambia su intensidad (polémica o agonal) o el escenario en él que irrumpe (intersubjetivo o intrasíquico), pero nunca se extingue. Los argumentos que en este artículo se exponen están enraizados, en última instancia, en la tradición del realismo político, por consiguiente, tras sus líneas subyace una concepción trágica de la política.
En inglés
The western rationalist tradition has repeatedly attempted to eject the conflict of individual and collective life; but has not succeeded in this aspiration, despite the numerous theoretical proposals (from the Greeks to the present) aimed at achieving this goal. This paper, by contrast, is intended to emphasize the agonal dimension of politics. Consequently, attempts to prove that the conflict is an omnipresent reality; only changes its intensity (polemic or agonal) or the stage at which it breaks (or intersubjective intra-psychic), but never extinguished. The arguments presented in this article are based, ultimately, in the tradition of political realism, therefore, behind their lines lies a tragic conception of politics.