A lo largo del último siglo se ha querido sancionar, en más de una oportunidad, la muerte de la ideología. Uno de los intentos más recientes y renombrados fue llevado adelante por Francis Fukuyama, quien a comienzos de la década del '90 decretaba, junto con el fin de la historia, el fin de las ideologías. En los últimos años, sin embargo, hemos asistido a cierto reverdecer de los estudios sobre la ideología. El libro de Ricardo Camargo da testimonio de ese retorno.