La instalación de una universidad no estuvo prevista al fundarse La Plata. Cuando se la creó, ocupó el edificio de un banco en liquidación; fue una universidad sin espacio en una ciudad casi desierta.
La nueva Universidad Nacional planteó, desde 1905, una singular situación que tornaría complejo su futuro crecimiento, dado que se gestaba según un modelo académico ecléctico que integraba aspectos de distintos sistemas: el inglés (aplicado al Colegio), el alemán (bajo cuya influencia se conformó el área científico-técnica) y el francés (referente de la enseñanza de las profesiones liberales). Por otra parte el plan edilicio de González si bien ambicioso, era por cierto limitado ya que privilegiaba el espacio de la segunda enseñanza a expensas de no resolver el futuro edilicio del resto de los niveles.
El desarrollo físico de la Universidad en lo sucesivo fue acrecentando actos de privilegio dirigidos hacia las diferentes áreas que compusieron desde entonces el conjunto universitario, sin haber podido resolver con éxito las contradicciones que fueron originándose en el cumplimiento parcial de cada uno de esos actos.
El texto que sigue intentará explicar el devenir de estas aporías en un marco de realizaciones singulares o coordinadas que han ido aumentando el conjunto edilicio de la UNLP sin dotarla, sin embargo, hasta el presente de un marco que exprese coherentemente su desenvolvimiento.