La visualidad está logrando su máximo poder en estos tiempos. La mentalidad visual domina a la mentalidad intelectual.
El ojo humano, órgano del privilegio, "plotea", barre durante 16 horas diarias, promedio, el entorno. Restando claro está, los tiempos de parpadeo, cada vez menos frecuente, dados tres factores:
• El marketing.
• Los rayos catódicos de las pantallas electrónicas.
• La violencia.
Los shoppings y los supermercados presentan, en su mese en escéne, un estímulo tan irresistible para los ojos que le impiden entre luces, ofertas, packaging, carritos que se chocan, parpadear naturalmente.
El otro factor de nuestra disfunción ocular es el televisor. Los rayos catódicos que emite la pantalla, son artillería luminosa pesada, la emisión continua de luz no nos deja tampoco parpadear naturalmente.
El tercer condicionante de nuestro parpadeo es la violencia: social, estatal, familiar, verbal, no verbal, física, psicológica, relacional, hace que permanezcamos en alerta, despiertos, también en nuestros refugios, en nuestras guaridas. La desconfianza, el miedo, el riesgo de una situación inesperada, agota nuestro sistema nervioso desde nuestros ojos abiertos, siempre alertas, despiertos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)