Después de los antecedentes del mundo clásico, el proceso de consolidación del deporte entre los frecuentes hábitos de las sociedades modernas, tiene una corta data, situándose sus orígenes en los albores de este siglo. En nuestro país, La Plata no estuvo ajena a esta progresiva "deportivización" de los pasatiempos, originada en la universalización de reglas que permitieron organizar "civilizadamente" las competencias, prescribiendo las características de los juegos y precisando las dimensiones de los espacios en los que debían desarrollarse.
Sin embargo este proceso no formó parte de su planificación original: el trazado preveía en 1882 la instalación de programas gubernamentales, comerciales, educacionales, sanitarios y religiosos, más allá de los cuales, el resto de las manzanas estaban destinadas a la arquitectura doméstica y al Bosque, que carecía aún de funciones más específicas que las de favorecer el embellecimiento y la higiene de la ciudad.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)