De manera amplia, y por momentos dominante, la literatura de Rodolfo Walsh se expone como la escritura de una investigación. Así, podría decirse que lo que en ella se cuenta generalmente es ese proceso por el cual una verdad se persigue. Concebida de tal modo, esa verdad se caracteriza, antes que por su naturaleza absoluta y definitiva -como si se tratase de una verdad revelada por una palabra religiosa o filosófica-, por su naturaleza ciertamente relativa y provisoria, más próxima a las formas de las obras modeladas por el accionar práctico que a las formas trascendentales del pensar filosófico.