Con la caída del Muro de Berlín en 1989 se cierra un ciclo que comenzó alrededor de cuarenta años atrás con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este ciclo debe ser estudiado como uno de larga duración que empezó a gestarse a mediados del siglo XIX cuando Alemania se unifica. Este ciclo que se cierra abre, a su vez, uno nuevo, donde el país se convierte en motor de la Unión Europea y potencia económica mundial.