La experiencia de la puesta en funcionamiento de la Televisión Digital Abierta (TDA) en la Argentina ha desarrollado innumerables perspectivas no solo en la economía de los medios de comunicación, sino en la apertura del proceso dialógico de los usuarios y consecuentemente de los productores que confluyen en un código común en la formulación de contenidos abiertos. En esta línea, consecuentemente con la renovación de las tecnologías de la información prioriza justamente la evocación de lo ausente, pero también de lo necesario de la imagen. La imagen como obra y como arte refleja el estado de las responsabilidades de la realidad social, pero también comprende, hoy, una lógica de desarrollo de un nuevo televidente, así se debilita la forma de consumir ciertos productos y también posiciona al sujeto no solo en su visión como individuo, sino otra posibilidad de pensar lo colectivo. Democracia siempre será representación.