Podemos decir que el sistema de género social-sexo es el más amplio contexto sociocultural presente en todo proceso comunicativo, y la memoria enciclopédica está, consecuentemente, teñida de ideología sexista, de androcentrismo”.
La idea de este trabajo es demostrar que las poetas de los 90 pudieron dar un paso más allá de ese androcentrismo, debido al recorte que hicieron en el lenguaje. Así como Jespersen, citado por Patricia Violi, cuenta que entre los zulúes son tabú para las mujeres los nombres, y a veces hasta las sílabas y los fonemas, que puedan recordar los nombres de los integrantes masculinos de la familia, creándose de esta manera una especie de lenguaje femenino por descarte, creemos que, en sociedades como la nuestra, el refugio de la mujer se encuentra en aquellos rituales y palabras especiales en los que el hombre no ha puesto interés, originándose así un lenguaje libre de subjetividades y valoraciones masculinas. Refugio producto de la exclusión, y pequeño, pero refugio al fin.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)