El espacio de concentración de relatos sobre “la realidad” que ofrecen los medios de comunicación atrajo en los últimos tiempos la mirada de estudiosos sobre la narrativa periodística.
Nuevas revisiones disolvían las fronteras que tradicionalmente se erigieron –separando, según algunos; mixturando, según otros– las aguas del binomio periodismo/literatura. En este lugar, la crónica se instala como una escritura que huye de dominios, fronteras y domesticaciones, y encuentra, en su propia transformación, un modo de adherir al latido del tiempo social.