“La ladrona de libros”, película de Brian Percivel basada en una novela de Zusak, cuenta la historia de una niña alemana, Liesel, a quien sus padres dejan en adopción antes de huir de la Alemania nazi tiempo antes de la Segunda Guerra Mundial. Liesel es acogida por una pareja de mediana edad, con la que aprende a convivir y a leer.
El primer día de clases en la escuela sus compañeros se burlan de ella porque, en lugar de su nombre, escribe apenas unas grandes cruces en el pizarrón. Sin embargo, su padre adoptivo fomenta su pasión por los libros: le lee antes de dormir y pinta en las paredes del sótano de la casa un gran abecedario para que Liesel escriba todas las palabras que va conociendo.
Cuando Liesel aprende a leer, y la relación con su padre adoptivo se hace más profunda, se suma un integrante al seno familiar: Max, un joven judío escapado de la Noche de los Cristales Rotos (Noviembre de 1938), a quien los padres adoptivos de Liesel deciden refugiar en el sótano, y de quien la niña se hace íntima amiga.