El periodismo argentino registró cambios enormes en los últimos años. Circunstancias como la concentración de medios, la precarización del trabajo periodístico, la mercantilización de la información, son cuestiones que lamentablemente no son exclusivas de la prensa local. Pero en el caso argentino, la ausencia casi total de marcos referenciales potencia las presiones que estas nuevas circunstancias ejercen sobre la profesión. Menciona Jean Marie Colombani, del diario francés Le Monde que “la prensa nunca es algo terminado: está llena de tensiones, de contradicciones, como todas las entidades del mundo entero. Lo que se puede y se debe hacer, aparte de respetar ciertos dogmas profesionales, es utilizar mecanismos de autocontrol que sean transparentes para el lector”. En nuestro caso, a la ausencia de un marco legal de protección a la tarea de los periodistas, se agrega la falta de acuerdos de autorregulación impulsados por los participantes del sistema de información.