El oficio de Casandra da pocas satisfacciones y quien por una razón u otra hace advertencias, aclaraciones o pronostica catástrofes o simplemente hechos molestos, no gana crédito alguno sino disgustos. Podrá, cuando más, ser tolerado, Y en este caso se le aplica algún adjetivo contundente, de grosería más o menos disimulada, o bien cae en el consenso del silencio o es soportado como aquellos que hablan al aire y sin auditorio como los "salvadores de almas" de los grupos disidentes. Pero a pesar de todo, el problema, o los problemas, conocidos globalmente por el término de polución o contaminación, son de tal magnitud y son conocidos desde hace tanto tiempo, que los riesgos mencionados han disminuido algo, de tal modo que el ponerlos de relieve y comentarlos es en definitiva una obligación del que conozca con certeza una parte siquiera de él. A pesar de todo eso, en nuestro país, si bien se conoce el problema no se han puesto en práctica los remedios, lo cual no significa que no existan leyes y reglamentos correctos pero que no se aplican.